De acuerdo a los lineamientos de la CEE, la fecha límite para el registro de las coaliciones para la contienda del 2021 es el 20 de noviembre. Al día de hoy, los opositores de la 4T lo único que tienen claro es que el enemigo común a vencer es MORENA; ninguno ha decidido con carácter de definitividad quiénes serán sus aliados.
La alianza PRI-PAN, es poco probable; pero no por diferencias ideológicas sino por diferencias de intereses de las castas políticas de estos partidos, ya que, durante el proceso de privatización en el sexenio de Salinas para sepultar el Modelo de Estado de Bienestar, las diferencias ideológicas, exacerbadas durante el callismo y el cardenismo, se extinguieron.
Desde el inicio del salinato, incluso durante el amañado proceso electoral que llevó a Salinas a Los Pinos, los analistas encontraron datos duros para determinar que el PAN negoció con el PRI para asegurar que Cuauhtémoc Cárdenas no llegara a la presidencia; ello no obstante que “El jefe” Diego le llevaba la delantera a Salinas. A partir de entonces, el PRI y el PAN han caminado de la mano, cuidándose las espaldas, nada los distingue en cuanto a prácticas corruptas.
Pero si bien es cierto que los intereses ideológicos del PRI y el PAN se han extinguido, también lo es que el deseo de poder de las castas priistas y panistas oponen una natural resistencia a tener que compartir los privilegios en el momento de acceder al ejercicio de gobierno, en caso de que ganen la elección. En tal virtud, si el cálculo político indica que las posibilidades de MORENA son escasas, el PAN no renunciará a postular al senador Víctor Fuentes como su candidato, y el PRI al alcalde de Monterrey Adrián de la Garza.
El mejor candidato a la gubernatura que podría tener el PRI es el ex secretario de Economía, Ildefonso Guajardo; pero no tiene arraigo en el pueblo, no son los tiempos de Peña Nieto, no es la época dorada del PRI en la que sin temor podían comprarse votos y voluntades de autoridades electorales, de otra manera no tiene posibilidades de ganar.
Vivimos otro tiempo: en cada ciudadano hay una cámara fotográfica y de video; los delitos electorales son delitos graves, merecedores de prisión preventiva oficiosa; en el PRI de Nuevo León mandan los “medinistas”, motivo por el cual, el candidato de los tricolores será Adrián de la Garza.
Por el lado del PAN parece ser que el candidato a la gubernatura será el ex alcalde panista de San Nicolás, Víctor Fuentes. Ha trabajado mucho, pero su imagen, nada carismática, no llega lejos y no hay otro que dé el ancho; Felipe de Jesús Cantú es carismático, pero ya tiene la imagen de perdedor; Raúl Gracia, ex hombre fuerte del PAN, con las derrotas sufridas en las pasadas elecciones en Guadalupe, San Pedro y Monterrey, quedó derrotado y su deseo de llegar a ser gobernador congelado.
Al carecer el PAN de un buen candidato, podría ser que terminara aliado al MC, postulando a Luis Donaldo Colosio o al senador Samuel García. El MC sería un aliado natural; pero esto es poco probable.
A Luis Donaldo le favorece la sombra del mártir de Lomas Taurinas, pero como político no se le ha visto mucho empuje; y Samuel García, ciertamente se mantuvo con buen rating durante buen tiempo; pero los desfiguros que ha cometido durante su soterrada precampaña por la gubernatura, entre muchos otros la transmisión realizada por Instagram de un capítulo de su vida íntima machista, lo han desacreditado mucho.
¿Si en Nuevo León ya vivimos la experiencia de un “Bronco”, que arrastró multitudes, que mucho prometió, que mucho se esperaba de él y después mucho desencantó, qué nos garantiza que un “Potrillo” sea algo diferente a un “Bronco”?
¿Y qué con MORENA? Nada escapa a los efectos del partido que llevó a AMLO al Palacio Nacional. En el proceso electoral 2017-18, aliado con el PT, obtuvo el 34.3 por ciento de la votación; hoy los sondeos de opinión señalan que tiene un buen índice de preferencia electoral, hecho que asusta a los opositores de AMLO.
Este susto ha sacado a los partidos tradicionales (PRI, PAN y el antes izquierdista PRD)de su inercia habitual. La voz “Todos unidos contra AMLO” se escucha a lo largo y ancho del país. En Nuevo León, como dije, no se ve la posibilidad de una alianza formal PRI-PAN.
¡Ah,pero una alianza no formal sí es posible!
Es posible que el PRI y el PAN negocien con el PT para que no se coaligue con MORENA, si no es que ya se realizó. Mientras tanto, luego de que Tatiana decidió no luchar por la gubernatura, aparecieron dos precandidatos que sí son “morenos”: el empresario Mario Fernández, luchador desde el principio con AMLO por la presidencia; y Fernando Ábrego. Clara Luz no se quedará sin participar en la contienda con el partido que la acepte; cualquiera puede ser. Incluso, no está cancelada la posibilidad de que sea MORENA.