No hay elementos para acusar del delito de delincuencia organizada al capitán del Ejército en retiro José Martínez Crespo, aseguró el abogado Conrado López Hernández, quien señaló que se sabrá si una juez federal dicta auto de formal libertad o de formal prisión a su amigo, luego de que la Fiscalía General de la República (FGR) lo relacionó con el caso Ayotzinapa.
El litigante dijo a MILENIO que el capitán es su amigo de confianza y no su cliente. Dejó claro que el capitán tiene como defensores a personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
López Hernández, quien fue compañero del capitán en el Heroico Colegio Militar aseguró que él no ve “mínimas posibilidades legales” para que su amigo enfrente un proceso penal por delincuencia organizada en su modalidad de cometer delitos contra la salud.
“A menos que la juez atienda a otros intereses de carácter político o presiones para que dicte auto de formal prisión”, porque que no se reúnen los elementos del cuerpo del delito, apuntó el litigante.
Detalló que Martínez Crespo tiene dos años retirado del servicio activo, pero en los últimos cuatro años compareció ante los ministerios públicos del fuero común y federal para el esclarecimiento de los sucesos del 26 y 27 de septiembre de 2014 que derivaron en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Asimismo, compareció ante grupos colegiados de expertos que integró la Sedena para realizar una investigación exhaustiva del caso, independientemente de la indagatoria que realizó en su momento la entonces Procuraduría General de Justicia Militar para conocer si existieron delitos cometidos contra la disciplina militar.
“Entonces el capitán Martínez Crespo compareció en varias ocasiones a declarar, algunas veces como testigo, algunas veces ya como indiciado”. Añadió que el capitán siempre se ha presentado y ahora que se enteró de que había salido una orden de aprehensión”, los buscó para tener el contacto con las autoridades para que él se entregara y se presentara a comparecer.
Mencionó que ha detectado fallas técnicas para poder procesar a el Teniente Joel Gálvez y al soldado Eduardo Mota.
Recordó que el capitán Crespo tomó dos fotografías de jóvenes estudiantes y de un profesor, después de que, atendiendo las órdenes de su comandante del 27 de Batallón de Infantería, se dirigió a una clínica privada en el municipio de Iguala la noche del 26 de septiembre de 2014 porque al parecer había gente armada.
Después de hacer la inspección del inmueble con los protocolos de seguridad y/o con los dispositivos de intervención y seguridad en la inspección de inmuebles y después de corroborar que no había gente armada e identificar a los alumnos de la Escuela Normal Rural “Isidro Burgos”, les dio el trato correspondiente.
“Les indicó a los jóvenes que se sentarán en la sala de espera de dicha clínica y dichos jóvenes no se aprecia que se encuentren violentados por el personal militar”, explicó.
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