El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que su gobierno no ha logrado detener la violencia que sufre el país y aceptó que los homicidios dolosos son los delitos que han representado una mayor dificultad para su administración.
Durante la conferencia mañanera, se presentó la incidencia delictiva mensual y el mandatario aseguró que se continúa enfrentando la violencia que heredó por las malas políticas públicas, combatiendo al crimen sólo con el uso de la fuerza, “incluso declarando una guerra”.
“Estamos garantizando la paz y la tranquilidad, por eso no hemos podido detener como quisiéramos la violencia, hemos avanzado, pero nos falta”, aceptó.
En este sentido, reconoció que el homicidio doloso es el delito que más dificultad ha tenido su gobierno para combatir, pues la mayoría de ellos están relacionados con la delincuencia organizada.
Reiteró que uno de los casos más preocupantes es Guanajuato, cuyo nivele de crecimiento económico es uno de los más grandes del país, pero también lo es el de la violencia, debido a que se dejó crecer y arraigar a los grupos delincuenciales.
“Lo dije hace unos días, se dejó arraigar a grupos de la delincuencia, hubo, si no contubernio, impunidad. No se atendió el problema y creció mucho desde abajo, desde las colonias, en los municipios. Enfrentarlo está llevando tiempo, nos está costando trabajo pero estamos dedicados a eso”, agregó.
Aseguró que una parte fundamental de la estrategia de seguridad es asegurarse que no haya vínculos entre funcionarios y la delincuencia, además de privilegiar los programas sociales y dar oportunidades a los jóvenes, pues destacó que, además del bienestar material, es necesario buscar una mejoría en las condiciones sociales y espirituales de los ciudadanos.
“Que no haya vinculación de la delincuencia, que no se vendan las plazas, que no se proteja a la delincuencia desde los gobiernos municipales, estatales, del gobierno federal, que se marque bien, que se pinte bien la frontera entre delincuencia y autoridad”, dijo.
lp