¡Sí! ¡Vivir en otros planetas, asteroides, satélites! ¿Por qué no, en todo el universo? ¡Suena realmente increíble! ¡Algún día será cierto! ¿Por qué? Porque los humanos nunca renunciaremos al anhelo de habitar otros firmamentos. Mas la reflexión aparece de inmediato: ¿Las colonizaciones serán para vivir como en la tierra? ¿Destruyendo todo para habitarlo, acabando con todo lo bello, no respetando a las otras especies, dejando que el planeta se llene de inmundicias, no teniendo juicios correctos para la convivencia mutua, no entendiendo que los humanos somos uno sin importar el color ni la nacionalidad? o ¿iremos para crear armas que destruyan esos mundos en minutos? El libro Crónicas Marcianas, del escritor estadounidense Ray Bradbury, publicado en 1946, nos habla de esto.
El texto está enmarcado en la ciencia ficción, género que narra la creación de sucesos viables (manipulación genética, robots siniestros, guerras químicas), el arribo a mundos posibles (asaltos planetarios, viajes intergalácticos, invasiones de extraterrestres) maniobras o creaciones de catástrofes, cataclismos, terremotos, llevadas a cabo en el presente, pasado o futuro, pero siempre a través de la ciencia.
Debemos decir que este libro clásico no es una novela, porque está estructurado con varias historias o cuentos, aunque en conjunto dan unidad a la obra, de ahí que podríamos enmarcar cada una de esas historias en un género literario, pero hoy no es esa la finalidad.
Todo inicia en enero del año 1999 con la salida del primer cohete a Marte, la nave es tan potente que por minutos cambia el clima. Entendemos que en esa nave va la primera expedición, nos enteramos de esto en la segunda historia, donde una mujer marciana (ojos rasgados, amarillos, tez parda) tiene en sueños una serie de premoniciones, le cuenta a su marido del suceso, agregando que el capitán Nathaniel York es muy hermoso y la besó.
Aquel se pone muy celoso (imaginemos a un marciano celoso como un marido humano que por soñar grita y agrede.) En la mañana que ella predijo la llegada de los terrestres, el marido, por no dejar, acude al lugar con su arma, se oyen disparos. Intuimos que ha matado a los primeros humanos en Marte.
La segunda expedición, de cuatro miembros, es confundida por los marcianos (que se comunican por telepatía) con enfermos mentales, ya que sus locos narran fantasías, crean imágenes y cambian de forma, el psiquiatra que los recibe desea curarlos, mata a uno, esperando que los otros y el cohete se esfumen, no es así, mata a los tres, pero nada se desvanece. Juzga que está contaminado y se suicida.
La tercera expedición, de diecisiete hombres. Serán asesinados por los marcianos recreando en sus mentes sus pueblos y familiares fallecidos en la tierra que conviven cariñosamente con ellos.
La cuarta expedición va a encontrar todas las ciudades marcianas vacías y a todos los marcianos muertos porque han sido infectados por varicela que debió portar alguno de los viajeros anteriores, y se ha originado el exterminio de toda una civilización.
A partir de aquí los humanos llegarán por miles, el escritor Bradbury nos muestra la conducta y la depredación humana. Regresarán a la Tierra al ver que hay una guerra que acaba con ella, solo se salva una familia que llega a Marte. Serán los nuevos marcianos.
Señalaremos que, no obstante que la línea de tiempo de este maravilloso libro inicia en enero de 1999 y termina en octubre de 2026, y que fue alcanzado por nuestra época, en nada afecta lo que Bradbury vislumbró y recreó para hacer que volara la imaginación de los lectores. En el sentido de que no hay vida marciana, el clima es extremo, que no se puede vivir al aire libre y para que suceda, necesitaremos una terraformación. Término acuñado por la ciencia ficción, pero que la ciencia lo ha hecho suyo. Proceso para generar condiciones similares a la Tierra (en gigantes carpas, casas) con una atmósfera, temperatura y agua que transforme un planeta o satélite.