Tras la aprobación en el Congreso local de los matrimonios igualitarios el pasado 3 de noviembre, en Puebla, al menos, existen cerca de 30 solicitudes para realizar una boda, sin embargo, estas se encuentran detenidas por el tema de la pandemia por covid-19, reveló María José (Majo) Flores Serrano, presidenta de la Asociación para la Protección de la Pluralidad Sexual y Derechos Humanos (APPS).
“Tan solo en espera hay cinco parejas que me han invitado. Aparte, casi desde que se aprobó he apoyado con información y de lo que necesita unos 22 o más, pero se han detenido por el tema de la pandemia”, dijo.
En entrevista con MILENIO Puebla, Majo explica que el matrimonio igualitario en la entidad ya no contaba con ninguna clase de “traba”, ya que el sector LGBT+ ya tenía el apoyo jurídico y ahora, con la aprobación, se tiene el constitucional.
“Se tiene ya dos formas para el matrimonio igualitario: el jurídico que ya lo teníamos, y ahora el constitucional, que es el cambio al Código Civil. Pero si el Congreso nos hubiera reconocido desde 2017, o antes, es decir en 2015 cuando fue aprobado a nivel nacional en la Ciudad de México, el matrimonio igualitario aquí (en Puebla) igual lo hubieran reconocido por el Congreso, no importaba ya lo jurídico. Así hubiera sido un éxito del Congreso local».
Agregó que antes, para poder celebrar un matrimonio igualitario en Puebla, previo al 4 de noviembre de 2019 (fecha que el Congreso Local rechazó modificar el Código Civil en el artículo 294 para legalizar el matrimonio igualitario) , las actas de matrimonio salían con una leyenda abajo donde hacía un diferenciador de quienes se casaban.
Además, en el libro también quedaba asentado que el matrimonio era de una pareja del mismo sexo.
De 2017 a 2019, 100 matrimonios igualitarios
Flores Serrano añadió que antes de la aprobación del Poder Legislativo de los matrimonios del mismo sexo, en el territorio poblano ya se habían efectuado cerca de 100 matrimonios igualitarios.
Señaló que tan solo en 2018, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) detalla 52 enlaces en Puebla, y para 2017 cerca de 25, la mayoría en el municipio de San Pedro Cholula. En 2019 se celebraron 20 uniones.
De acuerdo con los datos del Inegi, Puebla registró 52 matrimonios entre contrayentes del mismo sexo, lo que representó una tasa de 12.15 por cada millón de habitantes de 18 años y más. En ese año, 26 entidades federativas tuvieron dicho tipo de casamientos.
En Puebla, entre los matrimonios de personas del mismo sexo celebradas durante 2018, en 22 de casos (42.3 por ciento del total) ambos contrayente correspondieron a hombres y en 30 (57.6 por ciento) las nupcias se celebraron entre mujeres.
En 2018, a nivel nacional se registraron 501 mil 298 matrimonios legales. De estos, 497 mil 939 fueron entre parejas de mujeres y hombres y 3 mil 359 fueron entre personas del mismo sexo.
Entre los contrayentes hombres en el país, el promedio de edad al momento de la unión fue de 35.2 años, mientras que en las mujeres fue de 34 años.
Para los divorcios se registraron 156 mil 556 separaciones legales de matrimonios; de estas, 156 mil 283 sucedieron en parejas de hombres y mujeres. Además, 273 fueron entre parejas de personas del mismo sexo.
En noviembre de 2019 se vive un retroceso
Para Majo, la aprobación reciente del matrimonio igualitario en Puebla solo se regresó un poco, ya que en noviembre de 2019 ya se había quitado a la comunidad LGBT+.
Recordó que en ese año los diputados del Congreso de Puebla rechazaron modificar el Código Civil en el artículo 294 para legalizar el matrimonio igualitario, lo cual causó un retroceso en materia de derechos para los poblanos.
“Es que ya no había ninguna clase de traba antes del 4 de noviembre del 2019. Cuando los mismos diputados, que ahora la aprueban, votaron de igual forma ese día de 2019 por un paquete enviado por el Ejecutivo se dejaba fuera el matrimonio igualitario”, acotó.
Asimismo, añadió que pese a ello “nos podíamos seguir casando. Era más trámite; ojo, no un amparo, pero sí más papeleo”.
En este tenor, abundó que se tenía ya la misma validez, obligaciones y derechos los matrimonios igualitarios en 2017:
“Digamos que ya estaba el árbol y sólo vinieron a mejorar. En 2017 ya teníamos lo jurídico, solo se hizo con algo simbólico que se agradece el reconocimiento. Espero que no sea moneda de cambio, de que ya pueden casarse cuando ya podíamos desde antes en 2017”.
No obstante, comentó que en ese año era más difícil contraer nupcias por el trámite burocrático:
“Se tenía que mandar una carta al director de registros civiles, donde se avisaba que iba a haber un matrimonio entre personas del mismo sexo, algo que eran cosas discriminatorias. Solo nos regresaron algo que ya teníamos(…) Pero desde 2017 al 4 de noviembre del 2019 no había ningún problema. Ya podíamos casarnos fácilmente. Digamos que con esta aprobación todo regresó a como estaba”.
Oficializan derecho
El 11 de noviembre de 2020, el Periódico Oficial del Estado publica que es válido en Puebla el matrimonio igualitario, por lo que las parejas del mismo sexo ya pueden casarse en cualquier punto del estado.
El 3 de noviembre el Congreso local aprobó, por mayoría de votos, la unión entre personas del mismo sexo.
Tanto el Poder Ejecutivo como el Legislativo hicieron válidas las reformas a:
De acuerdo con el documento:
«Simple y llanamente se debe reconocer y garantizar por igual, la figura civil del matrimonio y la del concubinato, privilegiando en todo momento el derecho humano a la igualdad, como se ha determinado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación».
Frente Nacional por la Familia se lanza contra el Congreso
Durante el desarrollo de la sesión, donde se discutía el matrimonio igualitario, integrantes del Frente Nacional por la Familia reprobaron que los legisladores hayan aprobado la unión entre personas de ambos sexos.
Lamentaron que se impulse:
«La pérdida de valores que se dan dentro de una familia formada por una pareja de hombre y mujer, y que tiene como finalidad educar a los niños».
Incluso, cuestionaron las repercusiones que esta aprobación desencadenará en los núcleos sociales, pues afirmaron que incrementará el riesgo de desintegración de la figura de una familia funcional.
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