Hace casi un año y medio, cuando se eligieron a los nuevos integrantes del Congreso del Estado de Tamaulipas se garantizó, entre tantas promesas, ser un órgano independiente en sus decisiones, con un nivel alto de debate. Bien dicen que del dicho al hecho existe mucha diferencia.
A un año, la LXIV Legislatura se caracteriza por un grado de discusión de muy baja calidad, y de un mal gusto para quienes acostumbran seguir las incidencias en el Pleno.
La personalización de los temas, el levantar la voz hasta la exageración, el discurso robótico y repetitivo, el ataque incesante que roza el desquicio y las continuas ofensas a hombres y mujeres por igual, convirtió el recinto en un espectáculo de una categoría peor que los “talk shows”.
Por igual, la bancada del PAN (con PRI de aliado) se enfrasca con Morena en asuntos donde la competencia se encuentra en otro lado; mejor explicado, reclaman asuntos de índole federal, cuando su jurisdicción se limita a la entidad. Lo hacen con una desmedida soberbia, muy sobrados, pero sin sustancia en la mayor parte. Lo triste es la apaciguada oposición.
Morena contraatacó cuando, en un medio impreso de Ciudad Victoria, sacaron los datos de irregularidades en manejo de recursos públicos del Gobierno del estado, tema puesto mientras nada se sabe de las cuentas públicas recientes. Ridiculazo de Joaquín Hernández Correa y Arturo Soto para salir al quite: muchas palabras, pero nada contundente.
Todo un circo en el Congreso, una cosa espantosa.
Esto sucede mientras el pastor legislativo, Gerardo Peña Flores, encargado de poner un poco de orden, se la pasa en Reynosa en plena precampaña para ser el candidato azul a la alcaldía, repartiendo ayuda en sectores vulnerables. Total, él mismo abona a la pobre calidad, pero qué le puede importar si ya viene una elección. Ojalá transparente cuánto se gasta.
Ahí no termina todo. El dirigente nacional morenista Mario Delgado trae en la mira a Edna Rivera, pues se enteró que “le va muy bien” por aprobarle todo a la aplanadora panista. Un millón de pesos se lleva. ¿Así también le irá a los priistas Yaheel Abdala, Olga Garza y Florentino Sánez, como a la naranja Patricia Pimentel?
“Piensa mal y acertarás”, dicen… _