En la iniciativa privada los presupuestos se realizan con el objetivo de plantear de forma cuantitativa qué se espera que suceda con la empresa en un periodo determinado de tiempo, es decir, establecen una meta que hay que alcanzar. En el gobierno los presupuestos tienen propósitos diferentes, ya que son una herramienta para autorizar y para controlar los gastos y las inversiones en un ejercicio fiscal determinado. A causa de la pandemia y de la crisis económica, se espera que el PIB decrezca entre 9 y 12% durante 2020, con una ligera recuperación de entre 2 y 3% para 2021; por lo cual es natural que el gobierno federal visualice una caída significativa en la recaudación de impuestos. Por esta razón, el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2021 ha sido definido como inercial. Dado que en 2020 el gobierno federal utilizó los fondos etiquetados, ya no tendrá más recursos para financiar la falta de recaudación. Solo con endeudamiento o emisión de moneda se libraría el boquete que tendrá el gobierno federal y esto es algo que la 4T ha dicho que no hará. Una regla muy básica en los negocios es que si no se pueden incrementar los ingresos, hay que reducir los gastos; en este caso recortar el PEF con base en un criterio de austeridad, ya no republicana, sino por escasez de recursos. En este contexto, Nuevo León se verá seriamente afectado, ya que se espera una reducción de MX$ 2,519 millones con relación a 2019. El gobierno estatal deberá de tejer muy fino para lograr salir adelante, ya que el presupuesto tiene muchos rubros dentro del gasto de operación que son inamovibles como: pensiones, educación, sueldos, salud y servicios. Lo disponible deberá de ser tratado con mucho cuidado, pues recordemos que el monto de la recaudación local es muy pequeño. Si bien es difícil identificar cómo afectará esto a las empresas, me parece que tienes que estar muy atento ante el tsunami de la austeridad estatal que experimentaremos para 2021. ¿Qué opinas al respecto? Agradezco mucho a mi amigo Salvador Galván Borja sus consejos para la elaboración de esta columna.
Federico D’Kuba es profesor del IPADE Business School.
