Después de la pandemia no seremos iguales, dicen los optimistas. No… seremos peores, apunta la realidad.
La organización Save the Children lanzó una alerta. La crisis por covid-19 no se limita a una emergencia sanitaria, sino que la combinación de la pobreza causada por el confinamiento y la prevalencia de menores de edad en situación de orfandad puede aumentar los matrimonios infantiles forzados. Según el cálculo de la organización, para finales de 2020 unos 12 millones de niñas en todo el mundo habrán sido obligadas a casarse, con mayor frecuencia unidas a hombres de edad avanzada, lo que tendrá una repercusión en el aumento de los embarazos de adolescentes y del abandono escolar. En líneas generales, este incremento supone revertir 25 años de progreso en los que se había conseguido reducir las tasas de matrimonio forzoso en niñas.
Save the Children también calcula que hasta 2.5 millones de niñas más serán obligadas a casarse en los próximos cinco años. Si bien estas cifras se han visto incrementadas por la pandemia, no son producto exclusivo de ella. Hay 58.4 millones de matrimonios forzosos en niñas que tienen lugar en promedio cada lustro.
Hoy en día, la cifra de mujeres y niñas casadas antes de cumplir 18 años alcanza los 650 millones. Una de cada cinco mujeres jóvenes (de entre 20 y 24 años) en el mundo fue obligada a casarse siendo aún niña. El matrimonio infantil también se practica en los países desarrollados (Unfpa 2018).
Si bien el matrimonio infantil está prohibido en casi todo el mundo, hay dos grandes obstáculos que permiten que persista. Muchas uniones de este tipo no están formalizadas dentro de un marco legal. Y existen legislaciones nacionales que permiten interpretaciones distintas del principio acordado. Algunos países avalan excepciones con el consentimiento de los padres, como España, donde la edad para contraer matrimonio legalmente se sitúa en los 18 años. No obstante, fue hasta 2015 que se podía solicitar a un juez casarse a partir de los 14 años, pero con la entrada en vigor de la Ley de Jurisdicción Voluntaria, se elevó la edad mínima a los 16 siempre que el enlace cuente con el consentimiento de los padres o que un juez haya autorizado la emancipación del menor (Europa Press 2020).
A escala nacional, el matrimonio infantil y las uniones tempranas afectan a 4.45 por ciento de las adolescentes entre los 12 y 17 años anualmente en México, según el informe Estado Mundial de la Población 2020 de la ONU. De hecho, no fue sino hasta 2019 que el Senado mexicano aprobó por unanimidad la reforma de diversas disposiciones del Código Civil para establecer los 18 años como edad mínima para el matrimonio.
Parece increíble que algo que resulta obvio aún sea un problema de alta incidencia mundial. Las niñas no se tocan. Las infancias no se roban.
* Maestra en Artes y doctora en Educación. Coordinadora del Departamento de Artes y Humanidades del Centro de Investigación y Desarrollo de Educación Bilingüe UANL
@saraiarriozola