Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil acusaba fatiga. A Gamés, desgualdramillado (gran palabra), se le ojos los cierran, o como se diga. Resulta que el Presidente indicó que en México se ha llevado a cabo «una política consistente respecto a las clases, otros países han abierto y cerrado. Una política consistente en función de cómo está la situación sanitaria; en el país hay un tratamiento diferenciado en cada parte de la República». Cajum, cajum, sí, muy bien. ¿Podemos tomar una siesta?
López Obrador pidió a los ciudadanos mantener los cuidados contra el covid-19 durante los próximos 10 días, “eso es lo que le pido a la gente, estos 10 días, sobre todo, porque del 14 al 24 se llenan las calles, conozco lo que pasa aquí en la capital, porque el 24 se acostumbra a pasar la noche en familia y estos días es cuando hay más tráfico, cuando sale más la gente; son estos 10 días, ayuden todos, vamos a cuidarnos porque así evitamos que haya más contagios». Cajum, cajum. Sí, con unos díez días la pandemia cederá. ¿Un coyotito?
«Por lo pronto esperemos estos 10 días, nos cuidamos, ya vamos a salir, además ya viene la vacuna, estamos haciendo un esfuerzo, una gestión para que lo más pronto posible se tenga la vacuna, estamos dedicados a eso, ya desde este mes, como se comprenderá hay mucha demanda de la vacuna en el mundo». Cajum, cajum. Sí, mucha demanda, ¿por qué será? Cosas de la gente impaciente. Pero qué bueno que ya la vacuna esté llegando, es ganancia. ¿Por dónde va llegando?, ¿por Indios Verdes? Ya está cerca, menos mal. Y si les llevamos unas carretas para que lleguen más rápido. No vayamos a usar esos aparatos del demonio llamados aviones.
Extraño aumento del covid
Pobre Gil, una voz en el desierto. Una nota de la redacción de su periódico El Financiero informa que “la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, dijo que el semáforo epidemiológico de la capital lo dará a conocer el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell (…) Estamos en alerta por covid-19, que es fundamental, importante e indispensable seguir las cinco reglas. Es lo que nos toca informar. El semáforo lo puede dar a conocer más tarde el subsecretario (López-Gatell)”.
La jefa de Gobierno solicitó a la población que no salga usted de casa, que las compras las realice solo una persona de la familia, llamar a las autoridades si resultan positivos o si estuvieron cerca de un paciente con la enfermedad, uso de cubrebocas, y no hacer fiestas y reuniones.
A Gil lo invitaron a una fiesta en la calle de Palmas, pero no pudo ir, no estaba de humor. Y que luego llega la polecía (con e) y los desalojan. Eran nada más cien personas en un sótano, en gran guateque covid.
Sheinbaum: “Este día, hay 4 mil 454 personas hospitalizadas por covid, muy cerca del mes de mayo”. ¿Y por qué será si el Presidente trae su cubrebocas, ordena pruebas masivas en zonas rojas de covid, qué cosas más extrañas ocurren en México?
López-Gatell vs. Sheinbaum
Además, durante este mes, hay un nivel diario de 400 ingresos por esta causa a los hospitales, añadió la jefa de Gobierno. La región permanece en semáforo naranja desde junio, pero la alerta se activó después de que, en las últimas semanas, el número de pacientes hospitalizados por covid-19 fuera en ascenso. Gil inventaría un semáforo de color morado, equivalente a la catástrofe. La administración capitalina ha sido cuestionada por no modificar el color del parámetro epidemiológico de la pandemia, pero se sabe que su jefe no quiere cerrar la ciudad.
La verdad sea dicha (muletilla patrocinada por Morena y el Presidente) no es fácil cerrar la ciudad y dejar sin empleo a miles, sin comida a miles y miles, en fon, tampoco es enchílame otra, dicho esto sin la menor intención de un albur culinario. Acaso si se hubiera acometido a tiempo la pandemia.
Por lo demás, todo mundo sabe que el subsecretario López-Gatell y la jefa de Gobierno Sheinbaum se detestan. No dejen de odiarse mientras los hospitales se saturan y rompemos récords de contagios y muertes. Por lo demás, sí, Sheinbaum lo ha hecho mejor, mucho mejor que el gobierno federal, pero el jefe es el jefe.
Todo es muy raro, caracho. Como diría François Mauriac: ¡Qué poco cuesta construir castillos en el aire y qué cara es su destrucción!
Gil s’en va
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