Sí, aunque usted no lo crea, por más que me duela muchas veces, me gusta mucho pagar impuestos en Israel. No voy a mentir que odio cuando me llega la carta de mi ciudad pidiendo que pague el predial (aquí lo paga el inquilino, no el dueño) o cuando veo en mi recibo de sueldo que el gobierno me descontó automáticamente un porcentaje significativo de mis ingresos, sin ni siquiera darme la ilusión de poder usarlo.
¿Entonces por qué soy feliz de pagar estos impuestos? No creo estar loco y hay varias explicaciones para este razonamiento, pero antes de entrar en detalles comenzaremos con el origen. Indica si alguna de estas frases te resulta familiar:
«No pago impuestos porque igual usan el dinero en asuntos personales y se lo van a robar»
«No voy a apoyar a las empresas ni a la reactivación económica en épocas de pandemia»
«Nunca pague impuestos, pero que me apoyen con mi beca»
«El trámite únicamente se realiza los días lunes y miércoles de 7:30 am-9:00 am con la forma azul y previa cita telefónica»
¿Te resulta familiar? No me hagas esa cara…. ¡Tu sonrisa te delata!
Podría continuar con miles de ejemplos, pero todos sabemos que el problema de México viene tanto de los ciudadanos como del gobierno y tristemente nos hemos acostumbrado a no confiar en lo que se hace con nuestros impuestos. Hay que reconocer que tampoco nosotros como ciudadanos nos quedamos muy atrás. Muchos buscan engañar al sistema para pagar menos impuestos o no pagarlos del todo utilizando empresas falsas. Otros buscan aprovechar los incentivos fiscales para en lugar de destinarlos a alguna labor social que beneficie a todos, utilizarlos en mordidas o encontrar alguna ventaja o favor de parte de las autoridades y ni se diga de él que nunca pagó impuestos, pero pretende que el gobierno le resuelva todo. Y así como esto hay miles de casos distintos donde tristemente a mi parecer México funciona como un ciclo de acusaciones mutuas entre gobierno y ciudadanos que no termina nunca.
Yo también creí que tenía que ser así hasta que decidí hace algunos años venir a probar suerte en Israel y parte de mi forma de ver el pago de impuestos cambió radicalmente. Aquí los impuestos los veo invertidos en una constante construcción de calles, ciudades e infraestructura. En estos momentos se está trabajando en un plan de tren ligero que conecte todo el centro del país y crear una mayor infraestructura de transporte. Obvio que para estas grandes obras hay mucho tráfico y calles obstruidas, pero es invertir a futuro.
¿Y los impuestos como el predial que va a la municipalidad de la ciudad?
Como recordarás al inicio de este blog mencioné que el que paga el predial es el inquilino del departamento y no el dueño, esto se debe a que en lo que se invierte el impuesto está dirigido a las personas que viven en la ciudad o colonia. Esto quiere decir que el impuesto se utiliza para pagar la escuela y el kínder de los niños, los servicios de seguridad pública, la pavimentación de calles, el mantenimiento de parques, las actividades para los adultos mayores, los eventos especiales que se llevan cada dos semanas, los subsidios para ayuda especial (como por ejemplo comercios que no pueden operar por la situación actual),talleres , cursos gratuitos y muchas cosas más.
Si has llegado hasta este punto de esta lectura, seguro estarás [email protected] de que esto exista en un país que no se considera de primer mundo pero que está enfocado desde su fundación en la parte social.
¿Sabes una cosa? Tienes toda la razón. Es increíble que exista esto en un país que tiene menos tiempo de existir que México, que sea más pequeño territorial y demográficamente y ni se diga con menos recursos naturales, créeme, entiendo parte de tu enojo que podrías tener en este momento porque yo lo viví.
Pero te tengo una noticia. Solo tu como ciudadano puedes realizar el cambio. No basta en compararnos con los demás, tienes que actuar, exigir y pedir cuentas al gobierno. Tienes que ser honesto contigo y comenzar a pagar impuestos como tiene que ser, pero también vigilar que esos impuestos sean invertidos en ti, en tu familia, en tu sociedad, en tu salud, en tu país. Basta de pensar en ser más vivo que los otros y exige que se respete tus impuestos para vivir mejor. Sé que muy posiblemente suene a utopía lo que te digo, pero si no se comienza por algún lado se quedará en utopía.
¿Ahora te preguntarás si después de toda esta información me duele pagar impuestos?
¡¡Claro que me duele!! Pero no me molesta y me dolería mas no pagarlos y no invertir en mí y en mi familia a largo plazo.
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