Por: Luis Javier Plata Rosas
Ilustración: Oldemar González, cortesía de Nexos
En 1996 Linda Zagzebski enlistó cinco virtudes epistémicas o cualidades que todo pensador crítico debe cultivar y que Standley aplica a nuestro intemporal problema de temporada. Según el psicólogo, permitir que los niños desenmascaren a Santa (más bien a sus padres) les ayuda a ejercitar: 1) rigurosidad intelectual con la cual aprender que, a veces, un engaño lo es sin importar que sus responsables sean incluso personas de confianza y con autoridad sobre ellos; 2) humildad intelectual para entender y aceptar que, en ocasiones, sus creencias pueden ser erróneas; 3) apertura mental para comprender que quienes mienten pueden hacerlo con buenas intenciones; 4) coraje intelectual gracias al cual aceptar cuando una creencia es falsa, por muy atractiva o fuerte que ésta sea; y 5) autonomía intelectual para razonar y llegar a la verdad de manera independiente. Visto así, Papá Noel sería, en palabras de Standley, “una vacuna” que haría que los niños que descubrieron por su cuenta este misterio estacional “estén en mejor posición para identificar futuros engaños comparados con quienes no”.