El año entrante puede ser para México mejor que 2020; sin embargo, no porque sea un poco mejor dejará de ser difícil. Este 2020 la economía se contraerá cerca de 9% y se prevé un rebote de 3.5% para 2021, pero el crecimiento esperado resulta ser muy pequeño tras una caída tan grande.
Por ejemplo, la economía de EU se contraerá 2.8% y se espera un rebote de 4.2%, o sea, en el bienio 2020-2021 el crecimiento será de 1.4%; para México el mismo lapso arrojará una contracción por arriba de 5%. Queda claro que necesitaremos tres años para reponernos.
Las razones de esta perspectiva tan poco alentadora están en políticas públicas que no favorecen la inversión privada ni mexicana ni extranjera. El gobierno tomó la decisión de apoyar muy poco a la economía en el tema de la pandemia; no se ayudó a las personas que perdieron su empleo y los apoyos a la pequeña y mediana industria fueron casi nulos, amén de que no se tomaron providencias contracíclicas que pudieron ayudar a la planta productiva y al empleo.
No haber invertido en estos rubros en 2020 será una de las principales causas de que el rebote de la economía sea pequeño y lento. Además, el manejo de la pandemia (según las cifras oficiales, menores a la realidad), ha sido deficiente y ocasionará daños a una economía en crisis. Por lo anterior, 2021 será un año muy difícil, a pesar de que ya estaremos en proceso de vacunación.
La pandemia dificultó el desarrollo de la economía, que está mal desde 2019, y la razón es la caída de la inversión privada y pública, que se ha destinado a proyectos de bajo impacto.
Preocupa que la caída de la inversión privada haya sido provocada por políticas públicas que, en forma deliberada, se impusieron desde el inicio de la actual administración; han pasado casi dos años y nadie olvida que la cancelación del aeropuerto en Texcoco fue la principal causa de la pérdida de confianza. Después vinieron otras decisiones, apoyadas por consultas populares “patito“, como la fábrica de cerveza en Mexicali.
Además, el gobierno engañó a los inversionistas diciendo que no cancelaría la reforma energética, cuando en la práctica sí lo hizo, y ni qué decir de la actitud de complacencia del gobierno Federal ante el cierre de las vías de ferrocarril.
La decisión de ir contra las energías limpias para ayudar a la CFE y a que Pemex pueda vender el combustóleo que produce ha generado que el costo de la energía eléctrica esté en aumento. Con esas políticas solo se ha ahuyentado la inversión privada, nacional y extranjera. Si hay consciencia de que el ambiente para invertir en México está deteriorado, no la veremos repuntar en forma importante.
Los empresarios se quejan de la falta de seguridad y la violencia que impiden que fluyan las inversiones, el gobierno también queda mucho deber mucho. Me gustaría que se rectificara el rumbo, si quiere ser de izquierda está bien, pero que sea de la izquierda inteligente que sí favorece la inversión y la creación de riqueza con sentido social. La izquierda radical no llevará a que tengamos un México mejor, al contrario, solo empobrecerá más al país.
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