2020 no fue un año fácil y estamos lejos de dar vuelta a la página de la pandemia.
Tenemos que aprender a vivir con ella, así que restringir la movilidad, usar cubrebocas, trabajar o estudiar en casa, extremar las medidas sanitarias, evitar aglomeraciones, etcétera, son pequeñas acciones que nos permitirán sobrellevar este 2021.
El año pasado nos ayudó a reparar sobre nuestra salud, conectar con la naturaleza, valorar la cercanía con nuestros seres queridos, dar su justa dimensión a los problemas cotidianos y valorar, como un preciado tesoro, cada inhalación y exhalación que nos permite nuestro cuerpo.
Sin embargo, también es oportuno reconocer las complicaciones que tuvo el 2020, tales como lidiar con procesos de duelo, la falta de empatía que existe en la comunidad o los servicios de salud deficientes.
Esto nos ofrece elementos para analizar la situación y afrontarla de mejor manera, porque todo tiene sus dos caras y en ellas también existen matices.
Tal vez sea un buen momento para aceptar el paquete completo de lo que nos ha ocurrido y lo que está por venir, y con ello repensar lo que nos toca hacer en lo individual y en el colectivo, para encarar el 2021 en condiciones más favorables.
Entonces querido(a) lector(a) quiero aprovechar este espacio para invitarte a hacer un breve ejercicio.
Cierra los ojos, respira profundo y piensa en lo bueno que ha dejado en ti el año que hemos despedido.
Si eres de las personas que ha tenido la fortuna de contar con una salud a toda prueba, dispone de un buen trabajo y comida en la mesa, incluye en tus propósitos qué puedes hacer por las personas han perdido su salud, a un ser querido o su empleo.
Finalmente, estar al pendiente de las realidades que afectan a los demás, nos servirá de espejo y podrá reforzar nuestro sentido de comunidad, seguro que lo vamos necesitar para encarar el 2021.
@nonobarreiro