Siempre me ha intrigado el significado del primer versículo del evangelio de Juan:
“En el principio era el Verbo…”, (Juan 1:1), pues más allá de su aceptación dogmática, la frase tiene una profundidad que vale la pena explorar, pues si gramaticalmente el verbo representa movimiento, entonces pudiera entenderse como que el movimiento fue el principio del universo, o bien; dado que la frase presuntamente original utiliza el término “logos”, que en griego significa “palabra”, entonces también podría traducirse como que la palabra fue el principio de todo lo que existe y de lo que sabemos o creemos saber.
Sea de una forma u otra, lo cierto es que la palabra ha sido para el ser humano la base de su sobrevivencia y su predominio.
Comunicarse es hoy por hoy, la mejor forma de trabajar en equipo y defenderse de un mundo qué con un interminable catalogo de calamidades, dista mucho de ser un paraíso.
Bestias salvajes, enfermedades, terremotos, tsunamis, sequías, inundaciones, más un largo etcétera, son sólo algunos de los desafíos a los que diariamente se enfrenta la humanidad en alguna parte del mundo y por si esto no bastara, también está ahí esa parte oscura y autodestructiva que habita en la naturaleza humana.
Tal vez por esa nefasta tendencia destructiva, es que la palabra, esa maravillosa herramienta de comunicación, va perdiendo cada vez más su uso positivo, convirtiéndose en un instrumento de engaño y artimaña, mediante el uso sistemático y repetido de la mentira, que día con día, encontramos en todas sus variantes de falsedad con las que este o aquel, quieren convencernos de hacer, comprar o decidir algo que solo conviene a él y a sus intereses.
Publicidad mentirosa, falsos afectos, “fake news”, rumores, mentiras piadosas, calumnias, embustes y todo tipo de falsedades son hoy cotidianas y las más dañinas, son las que provienen de las falsas palabras de quienes gobiernan y cuentan con la confianza de los más desvalidos e ignorantes, ellos son víctimas, no culpables.
Decía M. Twain:
“Es más fácil engañar a la gente, que convencerla de que ha sido engañada”.