Angela Merkel, la canciller alemana, es una personita muy especial y muy claridosa. De la misma manera en que le hacía caritas de asco a Trump cuando se le acercaba, al principio de la pandemia advirtió que el bicho iba a ser terrible. Y así fue. Ella como Winston Churchill que, al desatarse la guerra contra Hitler, solo les prometió a sus conciudadanos “sangre, sudor y lágrimas”.
Hoy, con esa misma contundencia la Merkel le pide a sus gobernados que se supone son a prueba de todo, que tengan paciencia, que no se estén quejando porque sienten que hay una “lenta distribución” de la vacuna, que se confinen y no hagan orgías como en Ecatepunk y Santa Fake hasta nuevo aviso.
Lo que no comprende doña Angela es que sus palabras así, sin filtro, no solo afectan a los germanos a los que no vamos a acusar de tener la piel demasiado fina, sino también a los mexicanos que un día sí y el otro también se hacen “las vístimas” porque no hay vacunas contra el y la covid en el Tecamacharlie’s ni en el Pujol. La mujer más empoderada del planeta tendría que ser más específica y además de explicar que la tardanza se debe a que hay millones y millones de personas en el mundo, que la capacidad de producción aún en los países más desarrollados no es suficiente, hay otras cosas menos obvias. Ella tendría que ir a profundidad y detallar que la escalada de infecciones y contagios en la Europa primermundista se debe al malvado doctor López-Gatell como siempre; y en segunda instancia culpar al Tren Maya que, por convenirle a AMLO para levantar la plusvalía de su finca, desvió su ruta natural hacia Macuspana, en vez de ir directamente a Berlín con los medicamentos como estaba planeado.
Loret pegó en la línea de flotación. En efecto, el trazo del tren fue cambiado solo para que López pudiera cantar en la hamaca aquello de erre con erre cigarro, erre con erre barril, qué rápido corren las ruedas sobre los rieles del ferrocarril. Espero que Carlos no acepte el reto del dictador, pues es muy sabido que don Latinus vive en el Bordo de Xochiaca de Miami, en un depa de interés social que está a dos de ser una casa GEO.
No caigas en el garlito, Carlitos, tú mantente en la lógica de Twitter México que, para demostrar que el jefe no tiene nada que ver con el PAN, lo primero que hizo fue suspender cuentas que criticaban al PAN.
Antes de hacerlo hay que pensarlo muy bien y preguntarse: ¿qué haría Angela Merkel en mi lugar?
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@jairocalixto