El manejo de la pandemia que es tan criticado a nivel nacional por prácticamente todos los sectores de la política, así como por científicos, médicos, redes sociales y hasta por vecinos y amigos conlleva una responsabilidad que pocos han querido asumir.
Básicamente los culpables para todo México son el subsecretario Hugo López-Gatell y el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La única diferencia es que un día ponen a uno arriba del otro y al siguiente día lo cambian y terminan culpando a ambos de toda esta tragedia en el país.
Sin embargo, más allá de las acciones orientadas por los ánimos políticos se debe mirar que este problema de salud pública no solo viene de muy atrás (sí, aunque se diga que es discurso de siempre) y se debe medir con la misa vara a todos.
Es decir, si habrá castigo o no para las autoridades o el tiempo y la justicia se impondrán en algún momento como lo piden en muchas partes, también se debe aplicar el castigo parejo. Me refiero a que, en 2018, cuando AMLO llegaba a la Presidencia con una ola de votos y una popularidad al borde de las urnas, todos se le pegaron, se le juntaron, de repente todos querían salir en la foto.
Y hoy en el momento de crisis, en la situación más álgida, lo han dejado solo.
No todos, es cierto, pero muchos, incluso personajes cercanos a Morena, funcionarios en los estados, los delegados federales, diputados y senadores, hoy ya no quieren aparecer en la foto.
Esto no es de complacencias, así que si se inicia un proceso para juzgar la política pública que atendió la pandemia en México, cuando llegue ese momento, se tendrá también que aplicar una sanción general a todos los que llegaron con la ola obradorista de 2018, pues son igual de responsables que la cabeza del gobierno en turno, de quien se sirven en estos momentos.
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