Durante décadas de gobierno del régimen que fue derrocado política y electoralmente por una abrumadora fuerza ciudadana, impuso una inflanqueable barrera entre el Presidente de la República y los ciudadano, era imposible accesar a la persona que encarnaba dicha investidura, misma suerte que corría la prensa imparcial, porque los medios de comunicaciones que eran parte de dicho régimen como una herramienta para enaltecer la figura presidencial, distorcionar la realidad, callar sobre temas de corrupción, linchar adversarios políticos.
De esta forma, el titular del ejecutivo federal establecía los lineamientos sobre los contenidos que la prensa habría que sacar, entrevistas siempre a modo y editadas, era prácticamente imposible que el Presidente se expusiera ante reporteros que le podían cuestionar sobre alguna situación en particular de gobierno o temas políticos, para ello había un cerco de centenares de miembros del Estado Mayor Presidencial quienes controlaban los diámetros de cercanía del Presidente.
Lo que Andrés Manuel hace cotidianamente es un ejercicio de rendición de cuentas, se expone con toda espontaneidad a cualquier reportero de cualquier medio de comunicación que desee participar en una conferencia de las llamadas ya “mañaneras”, donde ha sido sujeto de multiples expresiones agresivas, lo que nunca antes ningún otro mandatario.
En días recientes el INE tomó el acuerdo de solicitar la suspención de las conferencias matutinas del Presidente, que a juicio de algunos consejeros se violentaban principios de imparcialidad y equidad en el proceso electoral que está en curso, ya que según ellos, los posicionamientos del Presidente podrían representar una promoción electoral en favor del partido del Presidente, lo cual desató la polémica en los ámbitos del debate político y jurídico.
Los temas que se difunden en esas conferencias matutinas, en su mayoría tienen que ver con temas de información sobre lo que hace el gobierno en sus distintas áreas, programas, acciones, servicios, anuncios que se difunden en televisión por cadena nacional y en diferentes plataformas digitales, de tal manera que la ciudadanía ya se acostumbró a ver a diario al Presidente y los expuesto en la mañanera es lo que se comenta en todos los ámbitos de convivencia de la ciudadanía, contrastando con el deliberado oscurantismo y discrecionalidad con la que actuaban los anteriores Presidentes con el actual.
Pero sin duda, unos de los factores que más les incomóda a los de saliente régimen, son las exhibidas de los grandes escándalos de corrupción que se han estado exponiendo en las mañaneras, en los que se han dado a conocer nombres, montos, modus operandi de los grandes saqueos que se dieron a las arcas y que fueron a caer en manos de unos cuantos o a financiar campañas del PRI, evidentemente el sacar a flote la verdad, como un ejercicio del imperativo constitucional del gobernante a informar y un derecho fundamental del ciudadano a ser informado, enfoque que debe de tenerse para sustentar el ejercicio de las mañaneras, y no el de lastimar a la oposición al exhibir sus numerosos historiales de corrupción que en la competencia electoral devalúa más la precaria credibilidad de los partidos y su clase política carente de credibilidad.
Finalmente el Tribunal Electoral tendrá la última palabra sobre el litigio jurídico sobre la continuidad o suspención temporal de las mañaneras del Presidente, en el terreno político y mediático ya hay una determinación ciudadana sobre la idea de continuar en un ejercicio republicano de rendición de cuentas, donde se exponen inculos cátedras de moral y de valores, de historias valiosas del movimiento que siguen sin ser conocidas, de héroes y heroínas aun desconocidas que el Presidente está reivindicando.
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