Estamos cerca de otra edición del Mundial de Clubes, con lo que es inevitable recordar lo que Necaxa hizo en el año 2000, en la primera edición de esta competencia. Aquella primera vez, los Rayos dieron la mejor actuación de un equipo mexicano al jugarle al tú por tú al Manchester United de sir Alex Ferguson y derrotar en penales al Real Madrid, para llevarse el tercer lugar en el mismísimo Maracaná.
Eran los primeros días del nuevo milenio y la FIFA veía con orgullo la realización de su primera Copa del Mundo a nivel de clubes, un sueño que después se transformó a lo que hoy conocemos.
Dirigido por Raúl Arias, Necaxa participó como campeón de la Concacaf, junto con el Manchester United (monarca de la Champions League en 1999), el Vasco da Gama (Copa Libertadores), el Al-Nassr de Arabia Saudita (campeón asiático), el Raja Casablanca (monarca africano), South Melbourne (campeón en Oceanía), Corinthians (anfitrión) y el Real Madrid, invitado por la FIFA.
Los Rayos –conformados por jugadores como Álex Aguinaga, Ignacio Ambriz, Agustín Delgado y Luis Ernesto Pérez– participaron en el Grupo B junto con los Red Devils, el Vasco da Gama y el equipo australiano, con todos sus partidos programados en el mítico Maracaná. Si bien la lógica señalaba que el Manchester y el cuadro brasileño avanzarían, el cuadro mexicano no bajó la intensidad y logró lo impensado.
La proeza de los Rayos
El debut no pudo se mejor: Necaxa igualó a un gol contra Manchester United, que tenía a David Beckham en pleno auge y se fue expulsado, además de figuras como Ryan Giggs, Ashley Cole y Gary Neville. De hecho, los electricistas hicieron sufrir a los rojos al mantener la ventaja en gran parte del partido, gracias a la anotación de Cristián Montecinos al cuarto de hora; sin embargo, Dwight Yorke les negó los tres puntos a dos minutos del final.
Para el segundo partido, los Rayos se impusieron sin problemas al modesto South Melbourne (1-3), gracias a los tantos de Montecinos, Delgado y Salvador Cabrera.
Ante el Vasco de Gama, parecía que se aproximaba otra victoria y el pase a la final, pues Álex Aguinaga abrió la pizarra a los cinco minutos, pero Odvan (9’) empató el partido, mientras que Romário (69’) dio la voltereta en la pizarra. Necaxa perdió, pero pudo aspirar a defender el tercer lugar, gracias a que anotó un gol más que el Manchester United.
Pese a los buenos juegos que entregó en la fase de grupos, Necaxa se encumbró por lo conseguido en el partido por el tercer puesto, enfrentándose a un Real Madrid, conformado por una camada de figuras blancas, como el histórico Manolo Sanchís, el goleador Raúl González y Fernando Morientes; además, de un joven Íker Casillas (suplente del argentino Albano Bizzarri en dicho torneo) y Samuel Eto’o, en su efímera etapa madridista antes de salir al Real Mallorca y el Barcelona.
Real Madrid pegó primero, cuando Raúl prendió el balón con un zurdazo a los 15 minutos, imposible de defender para Hugo Pineda. Pero Necaxa, fiel a lo mostrado a lo largo del certamen, demostró que le podía competir a cualquiera. A los 57 minutos, Agustín Delgado recibió un pase de Aguinaga y fusiló a Bizarri con un fogonazo.
Con el partido empatado, se fue a la prórroga y todo se definió en el manchón penal. Necaxa golpeó en el orgullo al Real Madrid y se llevó el tercer lugar, al ganar 4-3 en la muerte súbita. Por el club mexicano, Sergio Vázquez, Luis Pérez, Aguinaga y Delgado anotaron, con Salvador Cabrera como el único que erró. El Madrid de Vicente del Bosque cayó por los fallos de Steve McManaman y el decisivo de Javier Dorado.
Desde esa histórica participación, pasaron 19 años para que otro club mexicano pudiera igualar el tercer lugar de los Rayos; Monterrey lo hizo, pero jugando dos partidos menos y sin poder presumir que le empató a los grandes de Europa.