Ese viernes 26 de enero casi no quiso comer… y no cenó.
Mi mamá se preocupó y salió a buscar al doctor. Papá me dijo: “Ponme al Güero” (el arquitecto Benavides). Luego comentó: “Nada más veo el pronóstico del tiempo y me voy a dormir. Tengo mucho sueño”.
Se durmió. Apagué la tele y me puse a leer. A los pocos minutos, dormido, dejó de respirar. Salí corriendo a buscar a mi mamá…
Fue el mismo arqui quien minutos más tarde daba la noticia de su fallecimiento. Ahora, a 25 años de su partida, lo siento tan cerca.
Hoy en día trabajo en la misma empresa que fue la casa de mi padre por más de 20 años —1973 a 1996—, y que él tanto quiso. Me sigue doliendo su ausencia, pero me alegra y me enorgullece saber que la gente lo recuerda con tanto cariño.
¡Cuánta falta me haces papá!
Te extraño, Maru.
Ese mensaje me llegó vía WhatsApp. Me lo envió la mañana del 26 de enero Maru Lozano Llamas, ahora compañera de los Telediarios, hija de mi inolvidable amigo Rómulo Lozano Morales, al cumplirse 25 años de su fallecimiento.
Buscando un libro me encontré un recorte de El Diario de Monterrey, del 16 de marzo de 1975; en esos años yo colaboraba en El Diario y tenía a mi cargo el suplemento de Las Estrellas. Mi jefe era Romeo Ortiz Morales.
A continuación reproduzco algunos de sus párrafos:
Rómulo, el carismático
Cumplió 2 años, y en breve 25.
Sí, Rómulo Lozano cumplirá 25 años de andar bregando en los micrófonos el próximo mes de abril, pero también cumplió 2 años, el 1 de marzo, al celebrar otro aniversario del programa ¡Mira qué bonito! de Canal 12.
A Rómulo lo conocí en su casa de Ruperto Martínez y Amado Nervo, en 1966, al término de una entrevista a su esposa, María Eugenia Llamas, La Tucita, para el programa Inmortales del cine mexicano. En los 23 años que trabajamos en el Canal 12 tuve oportunidad de conocer más a Rómulo. En una ocasión cenamos mi esposa y yo, con él y María Eugenia en su casa de la calle Tíber, en la colonia Roma, durante su convalecencia de un malestar que le imposibilitó salir en el programa por dos semanas.
En esa ocasión le pedí que me contara sus inicios como locutor y me dijo que antes de dedicarse a la locución fue jefe de personal en Textiles Monterrey, hasta 1950, y a partir de ese año se convirtió en promotor, animador durante 12 años en los cines de colonias, presentador en el Canal 6 de Monterrey hasta 1973, cuando ingresó al Canal 12.
Algo que pocos conocieron de Rómulo fue su faceta como músico y director de la Orquesta Modernista con la que incursionó una larga temporada —1955 a 1958— en Torreón, Coahuila. De vuelta a Monterrey, en 1958, se colocó en la XEOK, después la XET y en enero de 1961 llegó a ser la primera imagen del naciente Canal 6, propiedad de Cervecería Cuauhtémoc, de don Eugenio Garza Sada.
Pero le contábamos a usted que Rómulo cumplió 2 años el día 1 de marzo. Y así fue. Dos años de animar todos los días con su pareja Tello Mantecón, el programa ¡Mira qué bonito!, en el Canal 12. La gran diversión de mediodía, que en el último año amplió su tiempo a 90 minutos y que fue transmitido en forma diferida en Los Ángeles y San Francisco, California.
Tantos y tantos días, en gran derroche de buen humor. Y para completar el cuadro un grupo musical diferente cada día. Los Brillantes de Monterrey, con su “Cangrejito playero” y “Faro, faro, farolito” y cómo olvidar “Los miércoles de mariachi” con los Reyes de Guadalajara… ¡Ahhh! La Tropical Caribe, Rigo Tovar, y la Orquesta de Javier Barbosa y Los Ciclones de Monterrey.
Para Rómulo Lozano el carismático o como se dicen en ocasiones, Rémulo, le deseamos muchos y mejores años de vida y éxitos, que se los merece este hombre ejemplo de trabajo y tesón.
Eso decía el artículo publicado en El Diario de Monterrey del domingo 16 de marzo de 1975.
Dos semanas antes de su muerte visitamos a Rómulo Lozano en el hospital 34 del IMSS el productor de ¡Mira qué bonito!, Javier Lozano Covarrubias, y el que esto escribe.
Platicamos más de media hora, estaba de muy buen humor y nos dijo que era probable que lo dieran de alta en los siguientes días. No fue así.
Queda en la memoria de quienes lo vieron a lo largo de 23 años en ¡Mira qué bonito! y Aficionados de Rómulo la imagen de un hombre muy noble, muy bromista, trabajador incansable, quien era todo lo contrario a lo que proyectaba en el escenario. Rómulo era un hombre tranquilo, sin vicios, buen padre de familia. Sus únicas desveladas eran actuando como animador.
El día que murió (26 enero de 1996), las transmisiones de Canal 12 y radio guardaron un minuto de silencio. En su cortejo fúnebre, recorriendo avenidas y calles del centro de Monterrey, recibió las grandes muestras de cariño que merecía por todos los momentos de alegría que le brindó a lo largo de cerca de 50 años a millones de radioescuchas y televidentes del noreste de México, sur de Texas y California.
A 25 años de su fallecimiento lo seguimos recordando en la que fue su casa, Multimedios Radio y Televisión.
Descanse en paz compañero Rómulo Lozano Morales, ya trabaja entre nosotros una de tus herederas: María Eugenia Lozano Llamas.