Hace 20 años, en Nuevo León sería impensable que los panistas en el poder, tras la llegada a la gubernatura de Fernando Canales en 1997, estarían un día fuera del PAN, como quien fue su tesorero, Fernando Elizondo.
Hoy, la sangría sigue con cuadros como Felipe de Jesús Cantú y Ranulfo Martínez, el primero aún en la barda para definir su destino político y el segundo abiertamente ya en el equipo de Clara Luz Flores. Y no pierdan de vista al senador con licencia Víctor Fuentes.
A nivel nacional, los partidos políticos más antiguos, el PRI y el PAN, han tenido diversas purgas y fracturas a lo largo de su historia.
El cisma más emblemático ocurrió en el PRI en 1987, cuando Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo fundaron la Corriente Democratizadora dentro del tricolor para tratar de abrir el juego de selección y competirle al entonces precandidato presidencial Carlos Salinas, quien tendría luego un cuestionado triunfo en las elecciones de 1988.
De aquella fractura nacería el PRD en 1989, derivado de la fuerza multipartidista que hizo su candidato Cuauhtémoc Cárdenas en aquellas históricas elecciones presidenciales de 1988.
Sería el mismo PRD que postuló dos veces más a Cárdenas: en 1994 y luego en el 2000, cuando el PAN ganó, con Vicente Fox, por primera vez la Presidencia de la República; el mismo PRD que postuló luego a Andrés Manuel López Obrador en 2006 y después en 2012.
En el caso del PAN, entre las salidas más emblemáticas figuran sin duda las de los ex presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón, así como la esposa del segundo, Margarita Zavala, quien en 2018 buscó la Presidencia por la vía independiente en una desangelada campaña que terminó por abandonar.
Vendría luego el fallido intento de los Calderón Zavala de fundar el partido México Libre, una mala copia del PAN y mucho más reaccionaria.
Hoy Zavala está de regreso en el PAN, a donde llegó con curul bajo el brazo, al colarse en la lista de plurinominales.
Todos alegan que buscan servir desde otras trincheras, en un escenario político donde nadie es indispensable y nadie los echará de menos cuando no participen.
Si Margarita Zavala se fue en 2018 y regresó este 2021 al PAN, ¿será que, cual hijo pródigo, Felipe Cantú regresará al albiazul en 2024? Se vale preguntar.