Por ahí escuché una frase afortunada que decía que para AMLO gobernar se reduce a la mañanera. Es su principal actividad de gobierno, pues con ellas ha construido la narrativa de lo que es la 4T, con la salvedad de que para él ese discurso es la realidad misma, la de sus otros datos, de sus fantasías, fobias, etc. Sus palabras se materializan y, así por arte de magia, construyen la Cuarta Transformación del país. La pandemia podrá llevar 2.5 millones de contagiados y por lo menos 186 mil muertos, pero el covid está domado y la curva aplanada; “ya se acabó la corrupción”, es otro de los dichos-hechos favoritos de AMLO. Y así, a lo largo de 27 meses y 558 mañaneras, AMLO va construyendo con su discurso la 4T, a contrapelo de la realidad.
En estos días en que la tarea de gobierno del Presidente (es decir, sus mañaneras) ha estado dedicada a dejar constancia del hondo compromiso de la 4T con las mujeres y su lucha contra la violencia (vía la candidatura de Salgado Macedonio) y con la voluntad de no inmiscuirse en los procesos electorales (vía la constante denostación de sus opositores) van algunas sugerencias para que, a través de su narrativa, el legado de la 4T quede completo, ya que sus críticos afirman que las cosas en el país van de mal en peor.
Los neoliberales están empeñados en hacerle creer al pueblo que este será un sexenio perdido en términos de crecimiento económico. Afirman que la caída del PIB en los dos primeros años de la 4T es de tal magnitud, que para recuperarse el nivel de riqueza que tenía México a fines de 2018 habrá que esperar hasta 2024, mientras que el PIB per cápita tardará seis años más en reponerse, allá por 2030. Y eso, continúan los conservadores, siempre y cuando AMLO no se empeñe en destruir al sector energético con leyes que no son constitucionales y planes inexistentes de rescate de las empresas energéticas del Estado, lo cual alejará aún más a los inversionistas extranjeros por la poca seriedad para respetar los contratos y el marco jurídico del país. Hace mucho que en las mañaneras el discurso presidencial no refuta esas.
El Coneval, por su parte, ha registrado el incremento de la pobreza producto de la crisis económica, pese a las multimillonarias cifras de dinero repartido vía los programas sociales y de remesas enviadas por los mexicanos en EU. Nada menos que 10 millones más de pobres en la época en que se decretó que los pobres eran primero; el legado de la 4T no puede ser ese, sería como negar su esencia misma. ¿Cómo es posible que en las mañaneras no se trate a fondo el tema para refutar a esos pobretólogos conservadores del Coneval?
De continuar la tendencia de los homicidios registrada en lo que va de este sexenio, el saldo de asesinados, pese a la Guardia Nacional y al Ejército que gustoso tomó la totalidad de la seguridad, se acercará al cuarto de millón de asesinatos, alrededor del doble de los ocurridos en el gobierno de Felipe Calderón. Eso es un insulto para la 4T y otro legado intolerable. Urgen mañaneras al respecto.
¿Para ocultar esos tres terribles legados que difícilmente se modificarán en los próximos cuatro años, las conferencias de prensa se llenarán en el futuro de denuncias espectaculares de corrupción de sus opositores que, en vez de investigaciones serias y bien fundadas jurídicamente, solo contienen acusaciones para el escándalo mediático y el impacto electoral?